Mini Gira por Alemania

Ya llegó el día.
Hace un tiempo que cerramos un par de conciertos en Alemania, Hamburgo y Lomitz concretamente, los primeros que ofrece la banda fuera de nuestras fronteras. Entre conciertos y promoción del «El Hilo Invisible» casi no hemos sido conscientes que llegaba el día de llevar nuestras canciones a la ciudad donde desembarcaron los Beatles para revolucionar la historia de la música popular, allá por los años 60. Por supuesto, lo nuestro es mucho más modesto, aunque nos gusta pensar que tenemos la misma ilusión que debieron tener ellos cuando salieron de su Liverpool natal para mostrarle al mundo su música. Algunos miembros de la banda ya han disfrutado de la experiencia de tocar en la mítica Hafenklang de Hamburgo con anteriores formaciones, pero para el resto es la primera vez.
Queríamos ir en furgoneta pero vamos en avíón. Cosas del reloj. Ayer tocamos en Cerdanyola, en el Festival Bioritmo y lo gozamos de verdad. Tuvimos muy buen sonido y mucho cariño de la gente que se acercó al festival a disfrutar de la música y el resto de propuestas que se ofrecían. Por supuesto, estuvimos acompañados de la familia morositense, que no deja de apoyarnos nunca y a la que ofrecemos nuestro corazón en una bandeja de plata. Pero el reloj es implacable, y casi dos mil kilómetros en una noche para estar al día siguiente en el Hafenklang se nos antojó un derroche de sueño y energía difícil de defender. Pues nada, en avión. Buen vuelo y muchas risas y ya estamos en tierras alemanas con ganas de rumbear.
Hamburgo había sido el principal puerto marítimo de Alemania, y el tercero más grande del mundo, pero en 1944 el ochenta por ciento de la ciudad había sido reducida a escombros por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Sorprende comprobar como se puede reconstruir una ciudad y devolverle el carácter y la personalidad que la hacía especial.
Comemos, paseamos por el barrio de St.Pauli y llegamos al Hafenklang, donde el gran Lars nos espera con los brazos abiertos, mientras sus muchachos preparan el equipo para el
concierto de la noche. En la puerta del Hafenklang un cartel de Morosito presentando su disco «El Hilo Invisible».
Lars es un tipo estupendo, cariñoso y muy gracioso que ha hecho un gran esfuerzo para que la banda esté cómoda y disfrute su estancia en tierras alemanas. Gracias Lars, compadre, por todo.
Pruebas de sonido, cena, cigarrito y ya estamos en el camerino preparándonos para el concierto. Lars nos comenta que muchos españoles de la comunidad española-alemana de Hamburgo se acercarán al Hafenklang para el concierto de Morosito. Así es. Entre el público hay mucha gente que habla español con ganitas de pasarlo bien, aunque los alemanes no se quedan atrás. Comienza el concierto y la gente ya está bailando. Algunos problemas técnicos pero el show no hay quien lo pare. Buen concierto. Buena gente. Qué gustazo! Felicitaciones, gintónics, tequilas, como nos gusta Hamburgo! Salimos a disfrutar la city de noche y alucinamos con un cielo nocturno que no acaba de oscurecer. Estamos demasiado al norte. A las tres de la mañana parece que está amaneciendo y nosotros acabamos de empezar.

12/07/2014

Hemos dormido en el Hafenklang, en un espacio habilitado para estas ocasiones, todos juntos, como los siete enanitos de Blancanieves pero algo más ebrios. Desayunamos y Lars ya está preparado para organizar el viaje a Lomitz para el concierto de esta noche. Repartidos en furgoneta y trenes llegamos a nuestro destino, donde nos espera una comunidad de ecologistas activistas antinucleares que celebran una reunión esta noche.
Desde los años 70, ecologistas y agricultores de Alemania, junto con activistas de toda Europa, se manifiestan contra la energía nuclear y el depósito de residuos radioactivos que se encuentra en la región de wendland, en la ciudad de Gorleben. Desde entonces se han organizado acciones de desobediencia civil en las que han participado miles de personas, como el «Castor Schottern», cuyo objetivo era inutilizar la red ferroviaria por donde se trasladaban estos residuos retirando el balasto, las piedras que sostienen las vías, o acciones de pequeños grupos en el bosque del monte Göhrde dirigidas a dificultar el avance y control de la policía sobre las vías. Activistas de Greenpeace se encadenaron a las vías impidiendo el avance de los trenes cargados con residuos nucleares, haciéndose eco en la prensa mundial.
Un factor fundamental en todo el entramado de resistencia al paso del tren nuclear fueron los agricultores de la zona, que ofrecían alojamiento a los miles de activistas, alimento e infraestructura en distintos campamentos diseminados por la zona, bloqueando las rutas y caminos con maquinaria agrícola. Unos auténticos héroes con mucho corazón y muchas pelotas.
Algunos de estos activistas compraron algunas granjas cerca de esta zona y las habilitaron como cuartel general del movimiento. En estas granjas viven ahora algunas comunidades de ecologistas que siguen muy concienciados con el movimiento antinuclear, muchos de ellos son los mismos que lucharon por impedir el avance de los trenes.
A una de éstas granjas llegamos los Morosito a compartir un par de días extraordinarios.
Tras una cena estupenda y abundante, aderezada con una cerveza artesanal buenísima que preparaban allí, tocamos para la comunidad. De la misma manera que en el Hafenklang, tuvimos al público con nosotros desde el primer minuto. Bailaron, sudaron y se lo pasaron en grande. Nosotros también.
Cuando acabó el concierto seguimos la fiesta rumbera a la fresca, con nuestros nuevos amigos, entre palmas, cerveza rica y cigarritos de la risa. Buena noche. Muy buena noche.
Al día siguiente tuvieron la amabilidad de llevarnos a ver la zona donde se produjeron la mayor parte de las acciones de los activistas, germen de lo que es ahora la comunidad.
Al dejarlos de regreso a Hamburgo para tomar el avión de vuelta a Barcelona, nos cantaron a modo de despedida. Qué gente más extraordinaria y generosa. El hilo invisible puede estar en cualquier sitio. Sabemos que volveremos.