Un dios salvaje

Un Dios salvaje
mueve la rueda,
arma castillos
y los deshace…
Buenos días familia!! Es martes y hace sol. El mundo está revuelto. En muchos lugares, desgraciadamente, muy jodido. No todo el mundo tiene las mismas oportunidades ni la misma suerte. No es lo mismo nacer en Somalia que en un barrio de Manhattan. Ni gozar de buena salud o depender de los médicos y los astros para seguir levantándose por la mañana. Tampoco goza de los mismos privilegios un parado de larga duración que los caballeros templarios de las black cards.
Parece que el mundo está condenado por la incapacidad de pocos para ponerse en el pellejo de muchos. Vivimos a merced de un Dios salvaje, quizás. Una buena excusa para no mirarnos en el espejo y reconocer que el enemigo somos nosotros mismos.
La vida no es buena ni mala. Solo vida, que no es poco. Eso sí, y pese a nuestras incapacidades, tremendamente hermosa. Dediquémosle nuestros esfuerzos y vistámosla con el mejor vestido. Nuestra galaxia es demasiado pequeña para andar con tonterías.
Os dejamos con un poco de música, una de las muchas buenas razones para estar vivo, a parte de la tortilla de patatas y el sexo entre semana.
OS QUEREMOS.